13. Ni una gota de agua

Por derechos históricos, Egipto es dueño y señor del río Nilo. El ochenta y cinco por cien de su caudal proviene, sin embargo, de Etiopía: el Nilo engorda pero nunca se detiene en sus tierras altas. Esas mismas tierras cuyas sequías azotan a una población acostumbrada a la falta de agua y de electricidad, acostumbrada al hambre. Para romper la costumbre, Etiopía ha decidido construir un embalse tan monumental como la aseveración que implica: Egipto no es dueño y señor del río Nilo.

Las autoridades de El Cairo no quieren, como era de esperar, que embalse y aseveración lleguen muy lejos. Con la intención de evitarlo, celebraron ayer una reunión en la que han barajado medidas bélicas, advirtiendo que no se cederá ni una gota de agua. La reunión, que era secreta, fue retransmitida en directo por razones tan inverosímiles que podemos considerarlo un acto, si no voluntario, al menos fallido.

Solo se me ocurre un derecho histórico legítimo: la necesidad. ¿No es la sed dueña del agua?