3. Que no se mueva nadie

Mi amiga R tiene un retiro de trabajo en Debre Zeyit con los jefazos de su institución. La acompaño al resort Adulala, regentado por un mejicano muy nervioso que asegura ser de Barcelona antes de descubrir que nosotras somos Spaniards. Hablamos en inglés. Nos cuenta que ha sido contratado por un magnate para dotar al resort de "estándares europeos", sintagma que repite siempre que puede. No parece haber huéspedes, pero tienen un servicio de doscientas cincuenta personas. Antes se largaban en cuanto cumplía su hora de trabajo, nos dice. A ver si comprenden de una vez por todas que de aquí no se mueve nadie hasta que el cliente se vaya.

Etiopía tuvo un régimen comunista entre 1977 y 1991, el Derg. Aún hoy, atención al público no significa servilismo. Recuerdo haber justificado hace tiempo con esa misma hipótesis la brusquedad de los camareros en otro país excomunista: Estonia. Un vendedor fuerza la sonrisa en Kansas; levanta una ceja en Taillin.

Miento. Hay mucho servilismo en Etiopía, lo que no hay son muchos resorts.